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Cosmovisión Indígena
Los pueblos recolectores y cazadores se caracterizan (a diferencia
de otros modelos de sociedad) por el hecho de que poseen un acceso
directo a todos los recursos naturales que sirven de base a su sustento
y que son apropiados u obtenidos con este fin.
Así pues, estos grupos parten de la idea de que los bienes
necesarios para la vida no tienen que ser producidos primero por medio
del trabajo humano, sino que, por el contrario, dichos bienes ya existen
y sólo es preciso buscarlos "mariscarlos".
La reproducción de dichos recursos no constituye un motivo
de preocupación (como en otras sociedades), puesto que estos
grupos de recolectores y cazadores se consideran parte integrante
del medio ambiente.
Por este motivo, los indígenas no aceptan la idea de la existencia
de una superioridad esencial del ser humano sobre el resto de la naturaleza.
Por lo tanto no persiguen una transformación del medio por
voluntad propia. Entonces, el ser humano, como parte integrante
de un todo, tiene su misión en la conservación del mundo.
Cada conducta y cada acción debe ser tomada en cuenta partiendo
de esta concepción básica, sobre todo en la época
actual, en la que la condiciones dadas han experimentado grandes transformaciones.
La lectura de épocas buenas o malas, puede considerarse dentro
de lo que sucede en la naturaleza .Así como hay épocas
de lluvias, inundaciones también hay años buenos, hay
mistol y algarroba en abundancia...Hay veces que se gana y otras
que se pierde.
Estas diferencias representan siempre dos caras de la misma interpretación:
son hechos que pasan en forma cíclica y como fuerza transformadora
para la naturaleza. El indígena no persigue el objetivo de
transformar el medio ambiente, puesto que él mismo es solamente
una parte, que posee el mismo valor que todas aquellas otras partes
con las que él convive. Su voluntad ocupa un lugar junto
a y no sobre la voluntad de todos los otros seres.
Es a partir de esta concepción que entendemos la desesperación
de los indígenas cuando se talan montes, se dinamita el subsuelo
o se caza indiscriminadamente. No solo se mata a la naturaleza, a
la tierra, también se va asesinando a los indígenas.
Y de hecho, la historia de nuestros pueblos indígenas está
marcada por la muerte de la naturaleza. A las armas se le hacía
frente.¿Y a los alambrados?. Los alambrados cerraron el paso
para cazar guanacos, zorros y otro animales. En el sur llevó
a los selk'nam a una lenta desaparición.
Los problemas surgidos con el proceso destructivo de la colonización
que los indígenas padecen actualmente son muy variados. Las
fuentes de caza y recolección tradicionales (en los pocos lugares
donde aún existen) ocupan territorios tan reducidos que resulta
imposible asegurar el sustento diario, basándose exclusivamente
en las actividades tradicionales conocidas.
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La Distribución de los bienes
Al contrario de lo que ocurre en las más complejas sociedades
de clases, en las cuales las relaciones sociales están determinadas
por la posición del individuo dentro del proceso de producción,
las relaciones entre los miembros de las sociedades simples como la
indígena, se caracteriza por el parentesco y las obligaciones
recíprocas que emanan de este parentesco. Por lo tanto, para
las relaciones sociales, la distribución de bienes ya obtenidos
posee una importancia mucho mayor que la apropiación por sí
misma.
Esta forma de distribución impide que se produzca una acumulación
de bienes. Y es aquí donde radica otro punto fundamental para
la comprensión de todo un sistema de solidaridad y reciprocidad
tan distinto al de nuestra sociedad... Por lo tanto el prestigio de
un ser humano dentro de su grupo no se mide de acuerdo con lo que
él tiene, sino que depende de lo que él da. Sin embargo,
no sólo el conocimiento de los secretos de la caza y el éxito
al cobrar una pieza lo cubren de prestigio, sino el hecho de que gracias
a sus éxitos como cazador puede darles -y les da- a los demás
miembros del grupo.
Si este cazador se quedara por el contrario con todo el producto de
su cacería para su propio disfrute,sin compartirlo, no lo ayudarían
en nada sus éxitos en las cacerías, pues sería
socialmente evitado por los demás miembros del grupo.
La historia señala que estos pueblos poseen una gran capacidad
para vivir bajo condiciones transformadas, sin que se produzca una
pérdida de su identidad y que se desenvuelven de una manera
más dinámica de lo que se cree habitualmente.
También es cierto que la historia registra hechos que tocaron,
en mayor o en menor medida, las bases culturales como la tierra, la
naturaleza, la religión o la lengua.
Teniendo en cuenta los peligros de destrucción y aculturización
que amenaza la integridad de estos pueblos ,a pesar de lo antes mencionado,
es fundamental que exista confianza en la capacidad de los indígenas
de vivir bajo las condiciones transformadas inherentes a una sociedad
impregnada de colonialismos. En los últimos años se
han dado algunos pasos en lo que respecta a la recuperación
cultural, hechos históricos en la recuperación de la
tierra, en el reconocimiento de ser indígena...
Paradójicamente, en estos días, el término recurso
"sustentable o sostenible", propio de tanto tecnicismo y
marketing, se usa como algo novedoso e inexplorado.
Los indígenas fueron los pioneros de esta "nueva tecnología"
que parece excluir el vocablo Conservación, fueron los primeros
en aprender naturalmente a administrar estos recursos, estas fuentes
de alimento y abrigo.
"Somos de la tierra como los árboles"
La violencia ejercida contra los pueblos indígenas, casi siempre
estuvo ligada a la tierra.
Sin la garantía de tierra no hay condición alguna de
su sobrevivencia como pueblos y como etnias portadoras de culturas
originales. El aborigen sin tierra no es aborigen.
Para ellos la tierra no es una simple mercancía o un bien de
producción o lucro.
Es como su espacio cultural, el lugar de sus mitos y su historia.
Es el lugar donde reposan sus antepasados. Es la madre tierra con
quien conviven y mantienen una relación mística y religiosa.
La tierra es en su concepción cultural, un ámbito comunitario
donde no se comprende lo" mío" ni lo "tuyo".
Es un don, y por ello, para ser compartido por todos. Su relación
con ella no es la del desequilibrio depredador, sino la de la armonía.
La amenaza a la que se ven sometidos, condenados a vivir como un "logro"
dentro de reservas como un ghetto, siendo víctimas de políticas
gubernamentales que les otorgan ínfimas parcelas, colaborando
así con su desintegración de identidad cultural dentro
del proyecto de un país blanco donde no entran los aborígenes
y si se privilegia a capitales extranjeros que poseen un alto poder
adquisitivo.
"La cultura de la que estos pueblos son protagonistas pasará
susurrada de boca a boca; pasará arrugadita de bolsillo a bolsillo;
pasará fraterna de mano a mano; pasará inagotable de
aborigen a aborigen. En los papeles oficiales y oficialistas, seguirán
anotando lo que no es"
José María Arguedas- "Todas las sangres"
(escritor peruano)
*Referencias INCUPO (Instituto de Cultura Popular) Reconquista - Santa
Fe. Argentina.
"Boletín Argentina Indígena".
Periódico "Acción" de INCUPO.
"EL monte nos da comida 2", Boletín. INCUPO
"Nuestro hermano El Indígena" nº2 ENDEPA( Equipo
Nacional de Pastoral Aborigen) Formosa- Argentina
Comunidades Indígenas embera, Parque Nacional Natural de Utría,
Choco, Colombia
Los
indígenas embera somos parte de la natu-raleza
porque en ella vivimos, nos desarrollamos, volvemos a
ella y nos transforma-mos en ella, eso quiere decir que
no nos pueden separar de ella ni se puede hacer un estudio
sepa-rado de esta rea-lidad Orewa,
1996
Nuestra relación con la Naturaleza ha
sido de respeto, es por eso que cada vez que necesitamos
algo debemos pedirle permiso a nuestra hermana y compañera.
Nuestros antepasados cuando iban a terminar de cosechar
maíz, enviaban a la más anciana de la familia
delante del personal, para que le agradeciera por el beneficio
que esta familia había recibido. Es por esta explicación
que los embera no utilizan los recursos naturales para
el negocio sino para el sustento familiar del día".
También
toda la vida hemos leído y escuchado de los
grandes escritores, sobre todo de los an-tropólogos,
que los indígenas del Chocó somos
nómadas. En parte tienen mucha razón,
pero no se han detenido a leer ese pensa-miento
de conservación de los recursos naturales
que hay en su ser, porque cuando se cultiva en un
lugar determinado, se debe dejar algunos varios
años para que se recupere ese lugar.
Esta misma practica la realizamos con los animales
de caza: vamos y sacamos de un lugar determinado
los animales necesarios para el consumo y nos alejamos
a otro sector, para sacar allí también
lo necesario, mientras que ese otro lugar se repuebla
y así no tener escasez de animales de caza. |
Los
indígenas sabiamente he-mos manejado y convivido
con la fauna tanto íctica como terrestre.
Este manejo ade-cuado ha sido por el poder de rela-ción
de nuestros jaibanás, tanto en el mundo don-de
habitamos co-mo en los otros dos mundos. Porque
según ellos, los anima-les terrestres y acuáticos
tienen Wuandra, que los cuida y dentro de esos cuidanderos
existe un embera de este mundo medio, que ayuda
a mantener el equilibrio para que esos animales
no se acaben. De lo contrario los indígenas
estaríamos llamados a desaparecer como etnia.
El
manejo de Fauna para el indígena no
data de esta época, sino que esto ha
venido de generación en generación
con él hasta hoy.
Visto así, para nuestros pueblos hablar
hoy de manejo adecuado de la fauna no es un
tema desconocido: tampoco el de hablar de
refugio de fauna, por-que esto es conocido
y manejado por nuestras gentes.
La mitología embera nos enseña
que antiguamente este mundo medio esta-ba
poblado por los que hoy llamamos animales
irracionales, los cuales esta-ban encargados
de manejar un cargo. Porque ese cargo fue
utilizado para beneficios personales, todos
ellos fue-ron transformados para que esta
nue-va generación embera pudiera utilizar
su proteína para la alimentación.
Es por eso que la relación entre los
recur-sos naturales y los embera es de her-mandad
y respeto.
Organización Regional Indígena.
Embera Wounaan, Orewa
Fuente Trua Wuandra Estrategias
para el manejo de fauna con comunidades embera
en el Parque Nacional Natural Utría,
Chocó, Colombia. |
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